La pandemia y el uso generalizado de mascarillas aumentan los casos de ojo seco

La situación provocada por el Covid-19 no ha ayudado en absoluto a nuestra mirada y según alerta el Consejo General de Farmacia, los casos de ojo seco continúan aumentando de forma rápida. Sequedad e irritación ocular que viene provocado por el incremento de horas de uso de dispositivos electrónicos con pantalla que estamos teniendo en los últimos meses, el teletrabajo y, por supuesto el uso continuado de mascarillas que desvían el aire hacia los ojos y secan su superficie.

Los ojos secos son una afección frecuente que aparece cuando las lágrimas no pueden lubricar los ojos de forma adecuada y estas son inestables e insuficientes. El ojo seco es uno de los síndromes oculares más común en España ya que esta alteración en la córnea y la conjuntiva afecta a entre un 15 y un 30% de la población, según indica el Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología (ICQO).

En la actualidad se estima que más del 30% de las consultas oftalmológicas son debidas a esta causa y que más de la mitad de las personas que lo sufren, no han sido aún diagnosticadas. El ojo seco es un conjunto de alteraciones que tienen en común el déficit de la película lagrimal, ya sea por la escasez de lágrima, la mala calidad de la misma o por una falta de parpadeo que impida la restauración de la película. Se trata de un síndrome crónico que afecta a la superficie ocular debido a que ésta no se hidrata debidamente.

Los casos de ojo seco han aumentado en España durante la crisis sanitaria actual, según alerta el Consejo General de Farmacia (CGF). Este crecimiento es consecuencia del incremento de actividades diarias como el teletrabajo o el aumento en el uso de dispositivos móviles. Además, un estudio reciente desarrollados por expertos del Centro de Investigación y Educación Ocular (CORE) en EEUU, ha observado que, el uso generalizado de mascarillas, aunque es esencial para la prevención de la transmisión del coronavirus, también aumenta los casos de sequedad e irritación ocular al desviar el aire hacia los ojos y secar su superficie.

Es necesario prestarle atención a los síntomas del ojo seco como enrojecimiento ocular, irritación del ojo, picor o escozor, deslumbramientos o visión borrosa. Los expertos recomiendan que, con la llegada de nuevos hábitos, como el uso generalizado de mascarillas, se aumente la protección de los ojos y el tratamiento contra la sequedad y la irritación a largo plazo.

Entre los tratamientos que se pueden utilizar para mejorar esta afección destaca el uso de lágrima artificial cuya composición dependerá del ojo seco a tratar. Además, existen pomadas y lentillas hidrofílicas que protegen el ojo de agresores externos y la excesiva desecación, tienen mayor durabilidad que los colirios, pero pueden resultar más incómodos. Y en casos más avanzados se pueden emplear antiinflamatorios esteroideos e inmunomoduladores como la ciclosporina, pero esto dependerá de la decisión terapéutica tomada por el especialista.

Consejos para reducir el riesgo de ojo seco durante la pandemia

Aunque el uso de mascarilla resulta esencial para la prevención de la transmisión del coronavirus, puede causar sequedad e irritación ocular. Para reducir el riesgo, los expertos recomiendan algunas de las siguientes prácticas:

  • Optar por el uso de mascarillas con alambre nasal flexible, prestando atención a la forma del alambre para evitar que el aire se dirija hacia los ojos.
  • Tomar descansos de su uso cada pocas horas, siempre que la situación lo permita.
  • Aplicar de manera periódicas gotas lubricantes para los ojos con el objetivo de mantener la hidratación y proporcionar un alivio duradero.
  • Realizar ejercicios de parpadeo cada cierto tiempo.

 

¿Cómo se diagnostica?

Existen diferentes pruebas diagnósticas para el ojo seco, siendo la mayoría de ellas muy sencillas y económicas. Entre todos los test que existen, mostramos a continuación los tres más fáciles de implementar para el diagnóstico en atención primaria.

  • Test de Schirmer: Es una prueba muy sencilla. Se colocan tiras de papel en el párpado inferior y se mide el tiempo que tarda en empaparla. Si en 5 minutos se humedece más de 5.5 mm el papel de filtro el resultado es negativo, indicando que hay producción suficiente de lágrima. Por el contrario, si el papel de filtro se humedece menos de los 5.5 mm nos puede hacer sospechar de ojo seco. En los síndromes de ojo seco por déficit cualitativo, el test de Schirmer es normal, puesto que la alteración se encuentra en la composición de la lágrima.
  • Tiempo de ruptura lagrimal con fluoresceína (FBUT): Mide el intervalo de tiempo entre un parpadeo y otro y la aparición de una rotura de la película lagrimal, la prueba resultará positiva si se produce antes de los 10 segundos.
  • Test de rosa de Bengala: Con el test de rosa de Bengala se valora la integridad de la capa de mucina que forma parte de la lágrima, además de las células dañadas, de modo que si aparece la tinción indica lesión, siendo la intensidad de la tinción proporcional al grado de lesión

 

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