En entrevista con Opticians&Audiologists, Ramón Solà Parés, Optometrista especializado en Optometría y Contactología Clínica, reivindica el papel del óptico optometrista como profesional de la salud cuya misión es dar solución a los problemas visuales y necesidades del paciente. Una labor que va más allá de vender gafas o lentillas, evitando en cualquier caso que sea el marketing comercial el que dirija las decisiones clínicas del profesional.

Sobre Ramón Solà Parés:
Optometrista especializado en Optometría y Contactología Clínica, ejerce la profesión desde 1986, con amplia experiencia en ópticas familiares y de grupo, consultas oftalmológicas, centros sanitarios, en el apartado clínico, grandes empresas, en el apartado logístico, colegio profesional y asociaciones diversas, en el político social y universitario en el de formación y docencia.
En los últimos años, los aspectos regulatorios de productos sanitarios (MD) se han convertido en otra actividad profesional importante en su día a día. Concepto que Solà destaca como imprescindibles para la garantía y seguridad de la actuación profesional.
En la actualidad este profesional compagina labores docentes en la FOOT, tareas clínicas en centros privados de salud ocular y de tipo regulatorio, actuando como responsable técnico y consultor.
Opticias&Audiologists (O&A): Cuenta con una larga trayectoria profesional de más de 35 años, pero seguro que de todas ellas seguro que destaca alguna que más le haya aportado a nivel profesional.
Ramón Solà Parés (RSP): Difícil elección, pero si tengo que quedarme con una, me quedo con mis años en Novolent. Por el gran aprendizaje sobre la profesión en general, y la contactología en particular, donde tuve la posibilidad de formarme técnicamente en el área de contactología, junto tal vez a los mejores profesionales de esa época. Además de vivir, en primera línea, algunos de los grandes cambios de modelos en la contactología moderna. Entre ellos el paso de PMMA a materiales RPG, la aparición del sistema de uso continuado por seis noches de las lentillas Acuvue o los nuevos modelos de gestión clínica de los usuarios de lentes de contacto.
(O&A): ¿Por qué optó por especializarse en la Contactología Clínica?
(RSP): Tal y como he comentado, los primeros lugares en los que empecé a trabajar como aprendiz se convirtieron en ópticas que apostaron por la contactología. Algo que surgía como alternativa a las lentillas rígidas (PMMA y las primeras RPG), que inició el gran consumo con las lentes hidrofílicas. A su vez, iniciaron ese aprendizaje de la mano de los grandes expertos del momento y con el laboratorio más importante, que ya marcaron pautas sobre cómo debía desarrollarse la contactología moderna. Ese inicio tan puntero marcó mi pasión por la contactología, rematado con el aprendizaje en dicha empresa, y las posibilidades posteriores que me brindó la propia profesión. Estuve en el tiempo y lugares oportunos para vivir de primera mano ese gran cambio que nos ha traído la Contactología actual. Para mí, apasionante todavía.
(O&A): Desde su opinión, ¿qué requisitos debe cumplir un contactólogo para considerarse un buen profesional?
(RSP): Indicando claramente que se trata de un profesional sanitario, debe tener una buena formación académica, no olvidar su formación continuada y recordar que su función es la de dar solución a problemas visuales y necesidades particulares, evitando que sea el marketing comercial el que dirija sus decisiones clínicas. Tampoco debe olvidar que en nuestro sector no existen los productos genéricos, aspecto que hace que nuestra labor de prescripción sea fundamental en el éxito de cualquier adaptación de lentillas, por sencilla que pueda parecer.
El contactólogo debe recordar que su función es la de dar solución a problemas visuales y necesidades particulares, evitando que sea el marketing comercial el que dirija sus decisiones clínicas.
(O&A): ¿Nos puede destacar alguno de los proyectos profesionales en el que esté participando actualmente?
(RSP): En el ámbito docente, destacaría el grado que se imparte en la FOOT, preparando la formación académica en aspectos regulatorios pensando en la función como Directores Técnicos de los futuros profesionales. Por otro lado, en el ámbito clínico, en las consultas donde colaboro en todo lo que tenga a ver con evitar el abandono en contactología (una realidad que posiblemente emana de nuestro propio comportamiento clínico diario). Y en el de investigación, en el proyecto Cornea Project, una start up que trabaja sobre biomarcadores en la prevención del Queratocono.
(O&A): La formación ha cambiado en este sector, ¿desde su experiencia como docente qué valoración haría de la diversificación que existe actualmente en formación en España?
(RSP): Todo lo que tenga a ver con formación debe ser siempre valorado positivamente. No obstante, faltan agentes independientes que ayuden a dar garantías de calidad y seguridad de toda esa cantidad de formación: el tiempo que dedican los profesionales es muy importante y por ello se debería estandarizar los modelos de formación continuada para optimizar todo ese gran esfuerzo.
(O&A): La formación continua es imprescindible y este sector parece que lo tiene claro ya que cada día se celebran más Congresos y Jornadas.
(RSP): Hay dos motivos que fundamentan ese criterio de imprescindibilidad: el primero es la propia obligación ética de todo profesional en estar al día de los avances técnicos que se produzca. Y el otro, la importancia de dar garantías a la sociedad de que dicha formación es adecuada y beneficiosa para el receptor final, que no deja de ser el PUC (paciente-usuario-cliente). Lo importante no es la cantidad sino la calidad.
En este punto me gustaría citar a Helios Pardell, referente de la formación continuada acreditada: «La defensa de los intereses de los pacientes está por encima de los intereses particulares, tanto de los profesionales como de los generadores de formación».
(O&A): La innovación tecnológica ha impactado de lleno en todos los sectores, ¿cree que en el de la salud visual y ocular evoluciona a un ritmo correcto?
(RSP): Evidentemente la innovación tecnológica siempre tiene que ser bienvenida. Tal vez la tecnología avanza mucho más rápido que lo que podemos asimilar individualmente como profesionales, y corremos el riesgo de ir por detrás de lo que puede ofrecernos. Los agentes implicados deben tener en cuenta que lo más perfecto técnicamente no garantiza la mejor solución ante el PUC… precisamente por este gap entre tecnología y aceptación individual.
(O&A): De todas las novedades tecnológicas en este sector, ¿cuál es la que le resulta más interesante o impactante?
(RSP): La posibilidad de interactuar con nuestros PUC (pacientes-usuarios-clientes) y garantizar la adherencia a los tratamientos, evitando errores por falta de una adecuada interpretación de datos (Big Data + Blockchain) que pueden ayudar mucho en la gestión diaria profesional.
Nos falta aún un sentido integral de lo que supone ser una profesión sanitaria, no es suficiente con que esté escrito negro sobre blanco
(O&A): ¿Cómo visualiza el futuro de la contactología clínica?
(RSP): Deseo que sea una contactología que respete al PUC para garantizar un éxito seguro, aprovechando tanto las nuevas tecnologías, como los nuevos materiales y diseños. Será tal vez la base clínica más importante en el control de miopía y un modelo donde poner en práctica el uso de las nuevas tecnologías en el seguimiento del usuario para garantizar adaptaciones y usos seguros.
(O&A): Para finalizar, ¿qué reflexión le merece la actualidad del sector?
(RSP): Una opinión muy personal… Nuestra profesión es considerada sanitaria sólo hace unos 18 años, de hecho aún no tenemos esa mayoría de edad: se cumplirá en noviembre de 2021.
Nos falta aún un sentido integral de lo que supone ser una profesión sanitaria, no es suficiente con que esté escrito negro sobre blanco y que los establecimientos de óptica sean considerados sanitarios ante la administración.
Desde la propia formación, hasta los aspectos relacionados con la regulación de los productos sanitarios, pasando por entender que nuestra misión es la de garantizar la salud visual del PUC (paciente/usuario/cliente) más allá que el simple hecho de vender gafas o lentillas, un acto fundamental para resolver las demandas del día a día y que no estamos integrando en el modelo profesional habitual. No olvidemos que somos prescriptores y dispensadores, en la mayoría de los casos, y esa realidad es la que nos está costando más de ejecutar.
Se hace ya fundamental, una reflexión integral sin ambages sobre un modelo que trate dicha realidad. Ya que la tecnología por una parte y el nuevo modelo relacional, obligado por los cambios que la pandemia actual nos ha traído, por otro nos obligan a actualizar un modelo que no pensaba tener que cambiar tan rápido. ¡Aprovechémoslo!