Durante la celebración, la pasada semana, del Día Mundial de la Audición 2021, se puso de manifiesto la necesidad de atajar el problema mundial que supone hoy en día la pérdida auditiva y concienciar sobre la prevención y su cuidado para el bienestar de las personas. En 2050 se prevé que más de 932.000 millones de personas padezcan pérdida auditiva, según alerta la Organización Mundial de la Salud. Además, en España solo el 50% de la población ha realizado en alguna ocasión una revisión y el 83% de las personas con pérdida auditiva no tratan su problema. Estas son solo algunas cifras que realmente sorprenden cuando se ven reflejadas sobre el papel.
En la actualidad hay unas 466.000 millones de personas con pérdida auditiva en todo el mundo, cifra que según la Organización Mundial de la Salud se duplicará en el año 2050. En esa fecha casi 2.500 millones de personas vivirán con algún grado de pérdida auditiva, de las cuales al menos 700 millones necesitarán servicios de rehabilitación.
La pérdida de audición se sigue entendiendo como un estigma social por lo que muchas personas con problemas auditivos, aun consientes de la situación, intentan rechazarlo para evitar que los demás lo noten, deteriorando de esta forma su calidad de vida.
Así, existe una brecha entre el número de personas que padecen una pérdida auditiva y aquellas que los tratan con prótesis auditivas o implantes. Según la OMS entorno al 83% de las personas que necesitan audífonos no los utilizan.
En España, los trastornos auditivos afectan a más de 5 millones de personas (alrededor del 11% de la población) según el Estudio Eurotrak España 2020 – pero todavía existe una baja concienciación: 2 de cada 10 afirman no haberse hecho nunca una revisión.
A pesar de ser un aspecto fundamental para la comunicación con familiares y amigos, las cifras revelan que el 48% de la población española nunca se ha realizado una revisión auditiva. Incluso el 7% de los ciudadanos que reconocen tener dificultades para escuchar bien o el 6% que siente molestias auditivas nunca se han realizado pruebas auditivas.
La concienciación en prevención todavía es más baja en el caso de los jóvenes y el 30% afirma no haberse hecho nunca una revisión. La pérdida de audición afecta cada vez más a los jóvenes. Con más de mil millones que corren el riesgo de sufrir pérdida auditiva evitable, es más importante que nunca tomar medidas de prevención. Además, expertos en salud auditiva recomiendan estar pendientes a cualquier edad de posibles anomalías, ya que el 30% de las pérdidas auditivas se detectan entre los 35 y los 44 años.
La recomendación es hacerse al menos una revisión anual una vez cumplamos los 50 años, ya que una prueba de audición hoy podría ayudar a vivir una vida más plena y activa en el futuro.
Salud auditiva vs deterioro cognitivo
La importancia del cuidado auditivo tiene especial relevancia dada su estrecha relación con el envejecimiento cognitivo, que actualmente padecen 47 millones de personas en todo el mundo. Una cifra muy elevada que podría triplicarse en los próximos 30 años, afectando a 131 millones de ciudadanos, debido al aumento de la esperanza de vida.
Pese a la creencia popular, los seres humanos no escuchamos con los oídos, sino con el cerebro, que se se encarga de convertir el sonido en información comprensible. Y es que es precisamente el cerebro el que más sufre cuando existe un problema en el oído. Como responsable de la conversión de los sonidos en información comprensible, el cerebro invierte una gran cantidad de energía en este proceso, por lo que cuando el oído se ve afectado, el esfuerzo se ve aumentado y, como consecuencia, se reduce la energía empleada en otras funciones como el recuerdo o la concentración. Ya sea debido a la pérdida auditiva o a otra problemática, lo cierto es que cuanto menos se emplea el cerebro, menos desarrollo tiene, y como consecuencia, puede derivar en deterioro cognitivo.
Así, la mayoría de las personas que sufren pérdida auditiva, y no le ponen remedio, acaban experimentando importantes consecuencias en su mente, ya que este problema afecta tanto a la comunicación como a la interacción social, aumentando el riesgo de padecer fatiga, depresión o en última instancia, demencia.
Uno de los problemas asociados a la pérdida auditiva, y menos conocidos, es el deterioro cognitivo y la posibilidad de padecer demencia. Los problemas de audición aumentan hasta en un 40% la velocidad de envejecimiento cognitivo y triplican la probabilidad de sufrir demencia.
Debido a las repercusiones que tiene la pérdida auditiva, es preciso destacar la importancia que tiene un diagnóstico precoz. La audición que se pierde no puede recuperarse, por lo que es esencial compensar esta pérdida. El objetivo en esta línea es la detección de cualquier síntoma de pérdida auditiva con el fin de protegerla y evitar repercusiones como la depresión o la demencia, enfermedades que, está demostrado, se ven influenciadas por el déficit auditivo.
Por ello, las prácticas preventivas se convierten en algo esencial. En este sentido, los profesionales subrayan la importancia de tomar medidas tempranas: ralentizar el progreso de la pérdida de audición en un año podría suponer una reducción del 10% en la tasa de prevalencia de la demencia entre la población general.