La respuesta es un sí rotundo. Tal y como indica la Organización Mundial de la Salud, más de 466 millones de personas en todo el mundo padecen una pérdida de audición discapacitante, de las cuales 34 millones son niños. Todos estos casos podrían ser evitables, modificando factores de riesgo como la excesiva exposición a ruidos intensos, la mala alimentación y el consumo excesivo de fármacos.
Una pérdida auditiva superior a 40dB en el oído con mejor audición en los adultos y superior a 30dB en el oído con mejor audición en los niños, es considerada una pérdida de audición discapacitante. Las cifras asustan y aumenta de forma muy rápida; así, en la actualidad, más de 466 millones de personas en todo el mundo padecen esta pérdida de audición discapacitante, de las cuales 34 millones son niños, y el 60% de los casos está registrada en la población infantil, casos evitables según la Organización Mundial de la Salud.
El incremento es mayor en países desarrollados; así, la OMS cifra en más de 1.100 millones de jóvenes entre los 12 y 35 años de edad en riesgo de sufrir esta pérdida de audición por causas como la exposición al ruido en contextos recreativos. El 50% de esta muestra de población están expuestos a niveles de ruido perjudiciales a consecuencia del uso de dispositivos de audio y teléfonos inteligentes, y el 40% a ruidos potencialmente nocivos en bares, discotecas y clubes. Tal y como muestra un estudio publicado en Laryngoscope, las salas de música pueden tener niveles de ruido que ponen a los usuarios sin protección en riesgo de pérdida auditiva inducida por el ruido.
El ruido: el gran enemigo para nuestro oídos
El ruido es el principal enemigo para la pérdida auditiva, tal y como advierten desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC). Así, la exposición continuada al ruido puede ocasionar pérdida de audición progresiva dependiendo de cada persona, ya que habrá algunas que por diversos factores sean más propensas. Los factores genéticos, las enfermedades crónicas, la toma de determinados medicamentos y la exposición al humo del tabaco pueden incrementar ese riesgo de pérdida auditiva causada por el ruido.
La exposición continua a ruidos en el trabajo, la calle o las zonas de ocio puede ser determinante para la salud auditiva, y puede condicionar la capacidad de audición en el futuro e incluso puede generar otros problemas de salud. De hecho, según indica la Organización, la exposición al ruido del tráfico es la responsable de la pérdida de 1,5 millones de años de vida saludable por año solo en Europa Occidental, sobre todo en lo relacionado con el deterioro cognitivo y los trastornos del sueño.
Por ello, uno de los consejos para cuidar los oídos a diario es la protección frente a la exposición continuada a ruidos fuertes. En este sentido, en ciertas profesiones será necesario el uso de cascos o tapones para disminuir el impacto del ruido. Además, también es conveniente su uso en conciertos o discotecas.
Por otro lado, la pérdida de audición ha sido clasificada como la quinta causa principal de años vividos con discapacidad, por delante de enfermedades crónicas como la diabetes, la demencia o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
La SEORL-CCC señala también la mala alimentación como otro factor que puede influir en el desarrollo de pérdida auditiva. Alimentos con alto contenido en azúcar, la cerveza y otro tipo de bebidas alcohólicas se asocian con la pérdida auditiva relacionada con la edad, por lo que afirman que la dieta y los consejos de estilo de vida pueden ayudar a su prevención.
Además del ruido y la mala alimentación, existen una serie de factores de riesgo cardiovascular que contribuyen también a la pérdida auditiva como la obesidad, la hipertensión, el aumento del colesterol o la diabetes, además de hábitos de estilo de vida como el consumo de alcohol y tabaco o el sedentarismo. Y por último, el consumo excesivo de medicamentos ototóxicos también son un riesgo; entre los más utilizados se encuentran la aspirina, los antiinflamatorios no esteroideos (Ibuprofeno), los antibióticos del grupo aminoglucósidos y los diuréticos.
Hoy en día hay una serie de soluciones a la pérdida auditiva que contribuyen tanto a mejorar el desarrollo y aprendizaje a edades tempranas, como a prevenir el aislamiento social y el deterioro cognitivo de las personas mayores. En este sentido, dependiendo del tipo y el grado de pérdida, los audífonos y los implantes cocleares consiguen mejorar su calidad de vida, que estas personas puedan comunicarse y relacionarse e incluso volver a disfrutar de la música en algunos casos. De ahí la importancia de prestar atención a los signos de sospecha y acudir al otorrinolaringólogo para que realice una valoración de la pérdida auditiva, recomiendan los expertos de la SEORL-CCC.
Seis consejos para tener una buena salud auditiva
1.- Evitar la exposición continuada al ruido excesivo y protegerse: es importante mantenerse alejados de las fuentes de ruido, intentar disminuir el ruido que se genera de forma individual y reducir el tiempo de exposición a grandes intensidades de ruido o a ruidos fuertes (altavoces, taladros, cohetes o petardos, etc). En caso de que no sea posible evitarlo, será necesario el uso de protectores auditivos mediante cascos o tapones.
2.- No limpiar los oídos en exceso: es recomendable tenerlos limpios, pero basta con el agua de la ducha para mantener una buena higiene. No deben usarse bastoncillos ni ningún otro objeto para extraer la cera o suciedad.
3.- Prestar atención a los signos de pérdida auditiva: aunque suele ser más manifiesta conforme avanza la edad, puede aparecer en personas más jóvenes también. De hecho, el uso de auriculares para escuchar música está adelantando la edad de aparición de la presbiacusia o pérdida de audición debida a la edad. La dificultad para oír la televisión o entender conversaciones grupales o a distancia, por ejemplo, así como la presencia de acúfenos, entre otros, pueden ser indicadores de pérdida auditiva. En estos casos es imprescindible acudir a un otorrinolaringólogo para que determine la mejor solución para mejorar la calidad de vida de la persona.
4.- Evitar la toma excesiva de medicamentos que favorecen la pérdida auditiva: determinados fármacos como los antiinflamatorios no esteroideos o analgésicos como el paracetamol son ototóxicos y su consumo habitual puede inducir pérdida de audición.
5.- Prevenir las infecciones de las vías respiratorias: sobre todo en el caso de los niños, los catarros y las infecciones de las vías altas, son el principal factor de riesgo de las otitis, por lo que es fundamental seguir unas adecuadas medidas higiénico-dietéticas que eviten el contagio de estas patologías.
6.- Acudir al especialista y no automedicarse: es conveniente que ante cualquier problema en el oído se acuda a un otorrinolaringólogo para que realice una exploración y determine el origen del problema y la solución a seguir. No es conveniente automedicarse ante alguna infección o dolor y en ningún caso tomar antibióticos no recetados por el médico.