Sol, agua, aire libre, actividades deportivas, aire acondicionado… todo esto significa que el verano ha llegado y con él los problemas oculares. Es la época del año en la que nuestros ojos están más expuestos a la transmisión de enfermedades bacterianas o víricas, conjuntivitis, irritación ocular y sequedad. Problemas que más se repiten en estos meses y que podemos evitar con algunas recomendaciones sencillas.
Durante el verano, los problemas oculares se manifiestan con más intensidad que en otras estaciones del año. Esto se debe a que durante la época estival estamos expuestos a una mayor cantidad de factores que pueden perjudicar la salud ocular, y además, el ambiente cálido de esta temporada es propicio para la transmisión de enfermedades oculares bacterianas o víricas.
También es importante hidratar los ojos con frecuencia, ya que el viento, las cremas solares, la arena o el aire acondicionado contribuyen a dañar nuestra salud ocular en verano. Pueden causar irritación, picores e, incluso, resecar los ojos. Por ello, recomiendan usar lágrimas artificiales para ayudar a hidratar la superficie ocular y a disminuir la concentración de alérgenos y partículas.
«El sol es el principal enemigo de nuestros ojos en esta época y puede ocasionarnos un gran número de afecciones si no tenemos cuidado: quemaduras en la piel, córnea y conjuntiva, degeneración de las capas elásticas de la conjuntiva (pinguécula), cataratas, quemaduras retinianas y, como en el resto del organismo, mayor riesgo de padecer cáncer en la piel y anejos oculares«, señala oftalmólogo Andrés Fernández-Vega, del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega (IOFV).
Es importante el cuidado ocular durante todo el año, pero hay que tener en cuenta que en verano la radiación solar puede llegar a triplicarse, algo que puede llegar a ocasionar un gran número de afecciones. Y es una época del año en la que se debe proteger también los ojos incluso en días nublados, ya que dejan pasar el 90% de la radiación ultravioleta.
Por otro lado, además de la radiación solar, hay otros factores que aumentan el riesgo de sufrir patologías oculares y que están especialmente presentes en verano. Por este motivo, los expertos del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega explican algunas medidas para tomar las precauciones necesarias.
En primer lugar, es imprescindible la elección de unas gafas de sol homologadas y testadas, ya que filtran entre el 95 y el 100% de la radicación UV, esta es la mejor protección que podemos ofrecer a nuestros ojos. A esto se añade más protección si la montura y la forma de la lente es ancha y envolvente, o se complementan con una gorra o un sombrero, será mejor para evitar la radiación.
«Por supuesto, hay que evitar frotar los ojos sin haberte lavado las manos previamente«, recuerdan los expertos. Asimismo, es preciso evitar la exposición solar prolongada, especialmente en las horas de más radiación, entre las 12 y las 16 horas.
Además, desde el IOFV recomiendan durante el verano reducir el uso de lentillas, ya que favorecen la sequedad en los ojos, añadido a los factores de riesgo del verano. Una de las patologías más graves entre los usuarios de lentillas es la queratitis por acanthamoeba, una dolencia grave que requiere un tratamiento extenso e incluso un trasplante de córnea, dejando secuelas graves en la visión. Por eso es importante extremar la higiene en su utilización.
Otro consejo es revisar la vista antes de viajar por carretera, pues el 90% de la información que se recibe en carretera es visual, y existe un vínculo causal entre la mala visión y el 59% de los accidentes de tráfico, tal y como advierten los oftalmólogos.
Otro factor a tener en cuenta para la salud ocular son los reflejos de luz: la arena de la playa refleja entre un 10 y un 25% la luz solar, y el agua un 20%. Por eso, es necesario proteger los ojos cuando se esté en la playa o la piscina.
Factores que propician las afecciones oculares
Las principales afecciones de los ojos durante el verano son la sequedad, la conjuntivitis y la irritación de ojos. ¿Cuáles son los factores que más perjudican nuestra salud visual?
Protección contra radiación solar: Conjuntivitis, queratitis, problemas de cataratas o afecciones directas en la retina son los principales problemas derivados de las largas exposiciones al sol. Los ojos son 20 veces más sensibles a los rayos ultravioletas A y B que la piel, y es por ello que debes evitar la exposición prolongada al sol y proteger tu vista con unas gafas con protección UV.
Ambientes húmedos y agua: Playas, piscinas y ambientes con alta humedad es lo que más nos apetece durante estos meses de calor. Aunque hay que tener en cuenta que las altas concentraciones de sal o cloro de estos lugares son capaces de ocasionar molestias oculares que pueden convertirse en una conjuntivitis irritativa. Para prevenirlo, los expertos recomiendan lavar los ojos con agua dulce después de cada baño en el mar y en la piscina, y utiliza lágrimas artificiales siempre que sientas un leve picor o molestia.
Ventiladores, aires acondicionados: son los principales culpables del síndrome del ojo seco. Para evitarlo se deben utilizar lágrimas artificiales y evitar el contacto directo o muy cercano de los ojos con aires acondicionados y ventiladores de alta potencia.
Deportes y actividades al aire libre: En verano solemos dedicar más tiempo a practicar deportes y actividades al aire libre algo que ayuda a que partículas, polvo, tierra y diferentes cuerpos extraños entren en nuestros ojos. Algo que puede provocar graves irritaciones e incluso dañar la superficie ocular. Por ello, es recomendable proteger los ojos con gafas envolventes durante estas actividades.